Con el
comienzo oficial del invierno hoy lunes día 22 de diciembre,y con la cantidad de noticias relacionadas con incendios y asfixias como consecuencia del mal uso de distintos sistemas de calefacción, desde el equipo de
EXBEPRENSA, continuando con nuestra línea de Prevención de Riesgos Domésticos, vamos a analizar los riesgos que se derivan de su utilización y qué podemos hacer para evitarlos.
Como hemos comentado en otras entradas, la inmensa mayoría de incendios y escapes de gases que se producen en las casas se deben a descuidos y a accidentes que podemos evitar fácilmente.
En la época invernal a todos nos apetece sentarnos en nuestra mesa camilla para estar calentitos.
Existen
diferentes formas de calefacción, siendo las más comunes las que provienen de
combustibles orgánicos, como leña y carbón, las estufas de butano, las estufas
a parafina y una amplia gama de estufas eléctricas. Con estos aparatos hay que prestar especial atención tanto en su uso como en su elección.
Con las estufas hay que prestar especial atención. Debemos evitar cualquier tipo de
contacto con telas, ropa mojada para secarla, suelas de las zapatillas para calentarnos los pies (sí, sí, tú también lo has hecho... Y lo sabes), etc. Aunque sean eléctricas, hay que guardar una debida distancia de seguridad, en
especial, si en nuestras casas contamos con la presencia de niños, personas
mayores o incluso mascotas.
En cuanto a los
gases contaminantes producidos por productos de calefacción a gas o parafina destacan
el dióxido de azufre (SO2), los óxidos de nitrógenos (NOx) y el
más importante de todos, el contaminante estrella: monóxido de carbono (CO).
¿Cómo se
genera el monóxido de carbono?
Por una mala combustión, que se
produce cuando falta oxígeno. Esto ocurre cuando el brasero está deteriorado o
en una chimenea con residuos. Si sus llamas son amarillas,
es un indicador de que este gas está en el ambiente (pues deberían ser azules).
Al realizarse la
combustión del gas butano, por ejemplo, se consume oxígeno y se produce vapor
de agua, dióxido de carbono y calor, principalmente. Pero si esta combustión es
incompleta también se genera el temible CO.
La combustión pobre de
las estufas, calentadores de gas y braseros produce todos los años muchas
muertes por intoxicación. Sin embargo, siguen siendo una
forma muy popular de calefacción, debido principalmente a su bajo coste y fácil
acceso.
El monóxido de carbono es un "asesino
silencioso", ya que es un gas incoloro, inodoro e
insípido, de manera que las personas no se dan cuenta de que están siendo
intoxicadas. A este hecho lo conocemos como la muerte dulce. Su principal efecto sobre las personas es la disminución de la
capacidad de oxigenación a nivel pulmonar y celular.
Si se nos ocurre pensar que podríamos detectar una fuga de butano y no una de monóxido de carbono, todo tiene su
explicación. A las bombonas de butano, aparte del propio gas, se les añade unos
aditivos que le confieren un olor desagradable (mercaptanos) y lo asociamos directamente con
el olor a butano, pero realmente no es butano lo que olemos, ya que éste al igual
que el monóxido de carbono es inodoro.
Con todo lo expuesto, no queremos asustar
a las personas, ya que repetimos que la inmensa mayoría de los accidentes
pueden evitarse fácilmente.
Para mayor seguridad vamos a recoger una serie de medidas preventivas, como pueden ser:
- Actuar siempre con sentido común (que dicen que es el menos
común de los sentidos) y evitar riesgos innecesarios.- Conseguir una adecuada ventilación y renovación del aire en las habitaciones donde se esté generando una combustión (chimeneas, braseros, estufas de gas,…).
- Revisar anualmente las instalaciones eléctricas y de gas, así como chimeneas y tiros de evacuación de gases en general. (Si no nos vemos capacitados, avisar a personal cualificado).
- Evitar tener encendidos mientras dormimos cualquier aparato de calefacción (especialmente los que generan monóxido de carbono).
- No utilizar aerosoles para disimular el olor que emanan los braseros, no es una buena mezcla, porque se crea una atmósfera inflamable que puede generar un incendio.
- Utilizar calefactores con sensores de temperatura y monóxido de carbono en el ambiente.
Por último, y como ayuda a nuestros
lectores, os dejamos los teléfonos recomendados en caso de encontrarnos con un
problema de incendio o escape de gas en nuestras casas.
· Emergencias: 112
· Bomberos: 080
· Policía Local: 092
· Guardia Civil: 062
· Policía Nacional: 091
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